La energía nuclear es aquella que se libera al dividir el núcleo de un átomo o al unir dos átomos para convertirse en uno individual. Ambos procesos se denominan fisión nuclear y fusión nuclear respectivamente.
Cuando tienen lugar alguna de las reacciones físicas, los átomos experimentan una leve pérdida de masa, la cual se transforma en una cantidad considerable de energía calorífica.
Fue nada más ni nada menos que Albert Einstein quien descubrió este fenómeno con su famosa ecuación E= mc2. A pesar de esto, cuando se habla de energía nuclear generalmente se hace referencia a la generación de energía eléctrica a través de reacciones nucleares.
Es importante considerar que la energía nuclear se puede emplear en una gran cantidad de sectores: aplicaciones médicas, medioambientales e incluso bélicas. Sin embargo, cabe destacar que la producción de energía eléctrica es su utilidad más habitual.
Con el correr de los años y gracias a los avances tecnológicos, la energía nuclear comenzó a aplicarse en muchos otros aspectos de la vida cotidiana de las personas y, como no podría ser de otra forma, en el campo científico también. He aquí un listado más preciso de sus funciones:
- Aplicaciones industriales: Tienen como principal objetivo el análisis y el control de procesos.
- Aplicaciones médicas: Se utilizan principalmente en diagnóstico y terapia de determinadas patologías.
- Aplicaciones agroalimentarias: Se emplea básicamente en la producción de nuevas especies, procesos de conservación de alimentos, lucha contra las plagas de insectos y preparación de vacunas.
- Aplicaciones medioambientales: Gracias a la energía nuclear es posible determinar la cantidad de sustancias contaminantes en el entorno natural.
- Otras aplicaciones: El empleo de este tipo de energía también está vinculado con la datación y la geofísica o geoquímica, por ejemplo.
Al hablar de energía nuclear, especialmente del proceso de fisión, es imposible dejar de lado el concepto de reactor. Se trata de dispositivos que producen energía térmica a través de reacciones de fisión.
Actualmente existen diversas clases de reactores nucleares, tales como los de agua ligera y pesada, los de propulsión, los de investigación y los autoregenerativos. Los aparatos en cuestión generalmente se encuentran en las denominadas centrales nucleares, las cuales están compuestas en su mayoría por tres bloques claramente diferenciados (siendo el primero de ellos el reactor propiamente dicho).
Tal como mencionamos anteriormente, la energía nuclear tiene numerosas aplicaciones. A medida que avanza el tiempo y la calidad de la tecnología, sus usos van creciendo de forma considerable. También es bueno hacer referencia a que sus fines pueden ser tanto pacíficos como bélicos. Su utilidad más popular tiene que ver con la creación de energía eléctrica, aunque todavía los costes son elevados. No obstante, las tarifas se disminuyen constantemente gracias a los procesos tecnológicos y a la edificación de plantas nucleares de dimensiones más grandes.
Es evidente que una de las razones principales por la que se busca impulsar novedosos métodos en lo que respecta a la utilización de esta energía es la crisis petrolífera. En relación con esto, es fundamental comentar que la energía nuclear ya se emplea en la propulsión naval. Esto resulta sumamente ventajoso, ya que permite obtener una elevada velocidad de desplazamiento
Otro uso importante de los reactores nucleares se da en áreas aisladas (como por ejemplo las tierras árticas y antárticas). En estas zonas es difícil el acceso para la energía hidroeléctrica y térmica, por lo que la energía nuclear se constituye como una alternativa excelente.
Por último, no podemos dejar de mencionar que también se puede emplear en un futuro como fuente de energía para trabajos submarinos, protagonista en el proceso de desalación del agua de mar mediante la destilación e incluso para la propulsión de cohetes que serán lanzados al espacio, con el objetivo de que la duración de los viajes sea cada vez más larga.