Ya no hay vuelta atrás:
El Gobierno Japonés ha declarado el nivel 7 de alerta nuclear de Fukushima. Por lo tanto, alcanza la alerta máxima registrada de toda la historia: el desastre de Chernóbil.
Los continuos terremotos que superan la tasa de 7 de la escala Rticher han ralentizado de tal manera las labores de los operarios que intentan salvar la central nuclear que la radiación acumulada puede que supere a la Chernóbil.
Además de los numerosas consecuencias para la salud que ocasiona una exposición tan alta a la radiación provocada por la fusión nuclear, a corto plazo supone el traslado de más de 100.000 personas a otras zonas donde la tasa de radiación no sea tan alta. Para aquéllos trabajadores japoneses que se dedican a la agricultura y el ganado supone además alejarles de su hogar, del campo al que dedican casi todo su tiempo para ganarse la vida. Por supuesto, el estado de estos cultivos y ganado no quedará impune. El cultivo será inservible y, posiblemente, si no se evacuan también a estos pobres animales no sólo afectará a su salud sino a la nuestra.
Ya que, recordemos, todos los seres vivos somos una cadena vital. Todos estamos conectados y si no cuidamos lo que nos rodea y ayudamos a evitar que se exponga a tales cantidades de radiación igualmente nos perjudicará a largo plazo.
5 pueblos áreas
La fundación Ramón Areces, institución privada sin ánimo de lucro cuyo objetivo es fomentar la actividad científica y técnica en España ha expuesto las razonas por las que sería necesario sustituir la energía de fisión por una de fusión.
Aún queda por aprobarse y por estudiar concienzudamente el uso de esta fuerza para lograr los mismos resultados que con la energía de fisión.
Sin embargo, ya es posible determinar que la energía de fusión nuclear es mucho más segura y que es la única forma de evitar un nuevo desastre como el que está ocurriendo en la central nuclear de Fukushima.